ARTICULOS DE OPINION


Revista digital de arte, cultura y opinión en Alicante. Enlace con POESIA PALMERIANA. En estas páginas no podemos estar ajenos a lo que pasa en España ni en el mundo. Dirigida por el escritor, poeta y pintor Ramón PALMERAL. Los lectores deciden si este blog es bueno, malo, o merece la pena leerlo. El periodismo consiste en decir lo que a algunos no les gustaría leer.

viernes, 8 de octubre de 2010

Otra vuelta de tuerca al arte contemporáneo



(Obra de Kooning, 1952. MOMA de Nueva York)

Escribe Carlos Bermejo en su artículo de presentación del Salón de Otoño I Tanda en la Asociación de Artistas Alicantinos, del 6 de octubre que: "En fin, toda una amalgama pictórica de lo que hoy en día hacen nuestros asociados, en la que predomina el realismo clásico y el impresionismo, que es lo que gusta a la mayoría y lo que a mi modesto entender perdurará en el tiempo, cuando la locura progresista del denominado arte contemporáneo, -que sin freno ni medida predomina en la actualidad,- sea arrinconada en la Historia del Arte".

Por consiguiente, según Carlos solamente el realismo clásico y el impresionismo, que es lo que le gusta a la mayoría perdurará en el tiempo, en cambio el arte progresista denominado arte contemporáneo será arrinconado en la Historia del Arte. Tú sabes que el arte no es una cuestión de democracia donde impera el gusto de las mayorías, sino el ingenio del artistas.

El arte contemporáneo pertenece ya a la Historia del Arte, y su páginas están llenas de artistas-pintores como Kandisky, Léger, Picasso, Miró, Jackson Pollock, Rothko, Kooning.... es como negar que el expresionismo abstracto existe, o decir que los gestores del MOMA o Guggemheim son lelos por exponer las "chorradas" que exponen en sus muestras. ¿Acaso no se venden en millones de € estos cuadros? El arte contemporánea es o debe ser, en líneas generales, reflejo del desastroso mundo en que vivimos, nos guste o no nos guste, la que ha dado su inicio y se ha desarrollado a lo largo del siglo XX, y continuado en el siglo XXI.
Por ello el arte contemporáneo es el arte de cada tiempo. "Las Meninas"de Velázquez pertenece al arte contemporáneo del siglo XVI, toda una innovación de su tiempo.

El arte conceptual, también conocido como idea art, es un movimiento artístico en el que las ideas dentro de una obra son elementos más importante que el objeto representado.

No solo la pintura pertenecen al arte contemporáneo sino también otras manifestaciones: performance, videoarte, fotografía artística, esculturas plásticas, arquitectura, derivaciones de la plástica experimental.

Existen múltiples acepciones de lo que es arte, porque el arte es complejo, si embargo, podríamos definir a un artista como aquella persona que realiza una tarea en forma nueva y sobresaliente.
No todos podemos entender el arte contemporáneo sin haberlo estudiado con profesores que te expliquen, que ya no importa el objeto representado como elemento decorativo, sino la ideal sutil o sentimental del objeto o el impacto que provoca su presencia el espectador.

La firma del autor tiene por sí sola valor.
Por ejemplo, si alguien viera Mona Lisa de Leonardo sin saber quien es el autor en cualquier exposición, se pararía a contemplarlo?. Pues no, pasaría como un retrato más. En su tiempo no fue comprendido. Eso mismo le pasa al arte contemporáneo. Tardaremos en comprenderlo. Porque a veces lo que busca el artista es destruir el color, la perspectivas, la luz ambiental, las formas realistas...

En este sentido, también en el pensamiento se han de producir aperturas de mundos que nos permitan ver y pensar lo que hoy apenas vemos. Para construir discursos adecuados al arte contemporáneo es necesario poner en movimiento la fuerza literaria de la filosofía y la crítica. El arte contemporáneo y los discursos sobre el arte contemporáneo se iluminan mutuamente. Estas obras, además ocultan otros mundo, y por esta razón son como jeroglíficos. Hay que entender que vivimos en un mundo de imágenes, de noticias bélicas, de corrupción, donde impera el cine o los videos. "Ciudadano Kane" (1941) de Orsol Welles no se comprendió en su momento, sin embargo, hoy en día está considerada como la mejor película norteamericana de todos los tiempo.

Cada cual es libre de exponer sus opciones, sin embargo, cuando quien habla es influyente lo que consigue es coartar a los artistas que quieren toman los caminos renovadores de la experimentación.


Ramón Fernández Palmeral