ARTICULOS DE OPINION


Revista digital de arte, cultura y opinión en Alicante. Enlace con POESIA PALMERIANA. En estas páginas no podemos estar ajenos a lo que pasa en España ni en el mundo. Dirigida por el escritor, poeta y pintor Ramón PALMERAL. Los lectores deciden si este blog es bueno, malo, o merece la pena leerlo. El periodismo consiste en decir lo que a algunos no les gustaría leer.

sábado, 25 de abril de 2015

Se inician las Fiestas de Moros y Cristianos de Alcoy

La Fiestas de Moros y Cristianos en honor a San Jorge toma el corazón de Alcoy con una interpretación multitudinaria del Himno de la Festa con cerca de mil músicos. Miles de entrenadas gargantas entonaron como una sola voz del Serpi en la plaza de España el «Nostra Festa ja...» siguiendo los acordes de las 21 bandas de música participantes y bajo la batuta de Josep Francesc Almería, integrante de la Unió Musical d'Alcoi y expresidente de la Federación de Sociedades Musicales de la Comunidad Valenciana. Fue a las siete y media de la tarde cuando en la parte baja de la avenida País Valencià daba comienzo la Fiesta del Pasodoble. La Unió Musical d'Agres fue la encargada de abrir el desfile, en el que también participarían las sociedades Primitiva d'Albaida, Belgidense, Beniarrés, Beniatjarense, Benigànim, Deliri de Gorga, Llutxent, L'Orxa, Nova d'El Palomar, Penàguila, Planes, Lira de Quatretonda, Rafelguaraf, Real de Gandia, Artística del mismo municipio y Torisense, todas ellas participantes en el concurso de interpretación. Poco a poco fueron llegando a la plaza de España, donde esperaba un público multitudinario que, conforme avanzaba la tarde, fue haciéndose más y más numeroso hasta llenar la calle San Nicolás hasta la Glorieta. Son las primeras sombras de la tarde en huida de Sol de abril entraban en la bandeja las bandas alcoyanas, El Serpis, la Unión Musical acompañando al director del Himno, Josep Francesc Almería, la Primitiva y, cerrando, la Nova con el niño Sant Jordiet, Mauro Alcaraz Gisbert. El lúdico ambiente fue subiendo de nivel, hasta el momento en que Sant Jordiet hizo entrega de la batuta a Almería, que se dirigió hacia el púlpito para cumplir con su destacado papel. Con las primeras notas del Himno los aplausos invadieron el ambiente, al tiempo que el mayor coro del mundo empezaba a cantar la pieza que da la bienvenida a las tan esperadas Fiestas de Moros y Cristianos. Las campanas de la iglesia de Santa María se sumaron a los instrumentos de los músicos, hasta componer una estampa que, no por repetida, es menos emotiva y sobrecogedora.