ARTICULOS DE OPINION


Revista digital de arte, cultura y opinión en Alicante. Enlace con POESIA PALMERIANA. En estas páginas no podemos estar ajenos a lo que pasa en España ni en el mundo. Dirigida por el escritor, poeta y pintor Ramón PALMERAL. Los lectores deciden si este blog es bueno, malo, o merece la pena leerlo. El periodismo consiste en decir lo que a algunos no les gustaría leer.

viernes, 8 de septiembre de 2017

Golpe de Estado de de la Comunidad Autónoma de Cataluña



ABC / DANIEL TERCERO Barcelona - Actualizado: Guardado en: Actualidad Política

Y al segundo día... siguió el esperpento jurídico y el asalto a la legalidad en el Parlamento de Cataluña. El choque contra la democracia, anunciado durante meses por las fuerzas secesionistas, siguió con otra jornada maratoniana que concluyó sobre la una de la madrugada con la aprobación de la ley de Transitoriedad. Con nocturnidad y alevosía, salía adelante un texto con el que la Generalitat, en manos de Carles Puigdemont, pretende regular la vida «legal» en Cataluña tras el «sí» en el referéndum secesionista del 1 de octubre.
La Mesa parlamentaria había aprobado su trámite de madrugada y, tras dos horas de debate, tomó forma la nueva norma con los votos de JpS y la CUP. CSQP votó en contra. Y los diputados de Cs, PSC y PP volvieron a ausentarse en la votación, como hicieron en la jornada del miércoles en la que se aprobó la ley del Referéndum.
Carme Forcadell, presidenta de la Cámara, y el resto de miembros de la Mesa de JpS y CSQP, bloquearon todas las peticiones de Cs, PSC y PP para que el cambio del orden del día fuera valorado previamente por el Consejo de Garantías Estatutarias (CGE), ya que la ley a votar no tenía cabida en el ordenamiento jurídico, tal y como confesó, incluso, Rovira, al admitir que la norma sobrepasa el Estatuto de Autonomía y la Constitución.
Para JpS y la CUP, las peticiones de Cs, PSC y PP son «filibusterismo». Para estos grupos de la oposición, «los independentistas están pisando los derechos de los diputados y de todos los ciudadanos de Cataluña». Los rifirrafes se repitieron al mismo estilo que los vividos el miércoles y la oposición se mostró más unida que en la jornada previa. Una unión en defensa de la democracia y la ley que se evidenció cuando las bancadas de Cs, PSC y PP aplaudieron de pie la intervención de Joan Coscubiela, portavoz de CSQP, tras la defensa que este hizo de los valores democráticos y criticó a JpS y la CUP que le estén «cogiendo gusto a pisar los derechos de los ciudadanos».
Tras tres suspensiones del pleno, a las que siguieron otras tantas reuniones de la Junta de Portavoces y la Mesa, el pleno votó y aprobó el cambio del orden del día gracias al rodillo secesionista. Después harían lo propio con una de las leyes de la desconexión, tras un debate más corto de lo esperado en el que Arrimadas calificó la ley de como un «panfleto que atropella el sentido común». Miquel Iceta, por su parte, aseguró que con la norma «JpS y la CUP liquidan el Estatut y la Consitución» mientras que Xavier García Albiol acusó a los secesionistas de querer «imponer un modelo político mezcla de bolivariano y autoritario».

«¿Abolido nuestras leyes?»

Los portavoces de la oposición se mostraron más lúcidos y contundentes en sus intervenciones. Así, destacó Carlos Carrizosa (Cs), quien criticó duramente la gestión de Forcadell. El portavoz de la formación naranja preguntó a la presidenta de la Cámara autonómica: «A partir de ahora, ¿se van a atropellar nuestros derechos ante toda Cataluña? ¿Podemos acudir al CGE o ya hemos abolido nuestras leyes? ¿Debo obediencia a la señora que desobedece las leyes? ¿Debo callar o debo hablar cuando ella me lo pida?».
También Ferran Pedret (PSC), más airado que en otras ocasiones, consiguió aplausos de los grupos popular y naranja. Y Alejandro Fernández (PP) comparó la situación que se está viviendo en Cataluña con la tensión que Nicolás Maduro mantiene en Venezuela: «Están suspendiendo la democracia en Cataluña. Pronto estarán con el señor Mas y el señor Homs, pidiendo diez euros a cada ciudadano. Lo que pase a partir de ahora solo será responsabilidad de ustedes».


.................CATALUÑA DIVIDIDA, TARRAGONA Y LLEIDA no prestarán sus locales para el referendum.


Lo hicieron la noche del miércoles y lo han vuelto a hacer esta medianoche, esta vez para aprobar la ley de transitoriedad con la que el independentismo pretende armar una república catalana. Junts pel Sí y la CUP impusieron su mayoría para forzar el reglamento de la Cámara y aprobar la que quieren que sea la ley suprema de Cataluña en el caso de que el sí se imponga en el referéndum del 1 de octubre. Lo han hecho a costa de un Parlamento roto en dos, en el que se ha manifestado la mayor unidad vista hasta ahora entre los cuatro grupos que integran la oposición.
El bloque independentista invocó este jueves el artículo 81.3 del reglamento y, pese al rotundo rechazo de la oposición, pasó el rodillo de su mayoría para forzar la votación primero y aprobar la ley de desconexión después. En la votación definitiva, sus 71 votos se impusieron en una cámara semivacía, de la que, otra vez, se ausentó la mayor parte de la oposición. Solo 10 miembros de Catalunya Sí que es Pot se mantuvieron en su escaño, para votar en contra.
“El pueblo tiene derecho a saber qué ha de pasar a partir del día siguiente del 1-O”, ha afirmado Jordi Orobitg (Junts pel Sí) para defender la necesidad de aprobar la ley. Desde la CUP, Benet Salellas, la ha ensalzado como “un instrumento que declare nuestra soberanía” y una forma para acabar “con el procesismo” que ha copado la política catalana en los últimos 18 meses.
La jefa de la oposición, Inés Arrimadas (Ciudadanos), ha denunciado que Junts pel Sí se ha puesto “a jugar en el campo de la CUP”, el “de la desobediencia”. Y ha acusado que la fórmula escogida para aprobar la norma se “va a cargar la legitimidad de este Parlament”. El popular Xavier García Albiol consideró el 1-O como “solo una estrategia de agitación y propaganda” al negar la posibilidad de que este se pueda celebrar.
El socialista Miquel Iceta ha censurado todo el articulado de la ley y ha cuestionado la forzada aprobación de la ley. En su opinión, esas prisas solo tienen un objetivo: “Saben que no se celebrará el referéndum y que al menos quede alguna cosa en el boletín oficial del Parlament, aunque solo sea 48 horas. Pasar a la historia aunque solo sea con una nota a pie de página”. Joan Coscubiela, de Catalunya Sí que es Pot, lamentó que en las últimas “48 horas negras” el soberanismo “se haya pulido su capital político” y hayan facilitado la “estrategia antidemocrática del PP y la criminalización del derecho a decidir”.
La de este jueves ha sido una jornada similar a la del miércoles. Maratoniana y que no ha tenido como principal escenario el hemiciclo, sino la sala donde mantienen sus reuniones la Mesa y la junta de portavoces del Parlament. Debate agrio y trabado por las continuas pausas forzadas por las peticiones de la oposición, cuyo objetivo pasaba por reforzar una imagen de aprobación anómala en un marco de desbarajuste general. El objetivo de los independentistas tampoco albergaba dudas. La presidenta del Parlament, Carme Forcadell, lo dejó claro en uno de los muchos encuentros de la Mesa: “De aquí no nos vamos hasta que esto se vote”. Y no ha sido hasta las 00.50.
El frente independentista hizo caso omiso, de nuevo, a un escrito del Consejo de Garantías Estatutarias (CGE) que insistía en la potestad de los grupos parlamentarios de demandar un dictamen sobre cualquier proposición de ley impulsada desde la Cámara Catalana. El PSC anunció que también pediría amparo ante el Tribunal Constitucional para evitar la aprobación de esta segunda ley de desconexión, una suerte de norma suprema con la que se quiere activar la declaración de independencia de Cataluña, crear una república y armar una estructura institucional que define quién es el jefe del Estado, quién es catalán, cuáles son las lenguas oficiales (catalán, castellano y aranés) y, entre otras cosas, cómo se configura el poder judicial (la elección de sus figuras clave quedaría en manos del Gobierno catalán).
La victoria del independentismo con la aprobación de la ley de ruptura dejó una imagen que le debilita, la mayor unidad de la oposición desde que se puso en marcha la legislatura: La mayoría de los miembros de los cuatro partidos de la oposición (Ciudadanos, PSC, PP y Sí que es Pot) puestos de pie y aplaudiendo unas palabras de Joan Coscubiela (CSQP), miembro de uno de los grupos que más se ha aproximado a las posiciones a favor del referéndum del Govern: “No quiero que mi hijo Daniel vea que una mayoría puede tapar los derechos de los que no piensen como ella”.