ARTICULOS DE OPINION


Revista digital de arte, cultura y opinión en Alicante. Enlace con POESIA PALMERIANA. En estas páginas no podemos estar ajenos a lo que pasa en España ni en el mundo. Dirigida por el escritor, poeta y pintor Ramón PALMERAL. Los lectores deciden si este blog es bueno, malo, o merece la pena leerlo. El periodismo consiste en decir lo que a algunos no les gustaría leer.

domingo, 2 de julio de 2017

Unai Sordo. Nuevo secretario general de CC.OO.



UNAI SORDO, NUEVO SECRETARIO GENERAL DE CC.OO

   Los sindicatos son como los mejillones, moluscos bivalvos encerrados en su propio caparazón, unidos por la misma corriente marina del trabajo obrero que deja en ellos como plancton  la precariedad laboral con que se alimentan. A menudo el agua llega contaminada y se intoxican de las palabras mansas del gobierno de turno y la patronal, y dejan de ejercer su labor de presión, lucha, manifestaciones o huelgas, a veces por chocar contra gruesos  muros insolidarios, bajo el estandarte de:  por el bien de España. Se relajan o se hacen pacifistas, sin tener en cuenta que el patrón nunca será ni el amigo, ni el compadre del obrero. Son eternos antagonistas. La mejoras laborales desde la creación de la socialdemocracia a mediados del siglo XIX, se ha conseguido con lucha obrera sin cuartel.  El obrero debe saber que el patrón nunca abre la mano si no es que se le dan un martillazo en el codo.

   Acaba de entrar en el ruedo nacional el nuevo secretario general de CC.OO, Unai Sordo Calvo (Baracaldo, 1972), que trabajó en la industria de la madera antes de incorporarse a la función sindical.  Ha salido como un toro bravo, como si fuera  nuevo en la plaza, con la divisa  de «El pasado es pasado», pues siempre se ha de correr un tupido velo sobre el antecesor Ignacio Fernández Toxo (sólo hablaba el 1 de mayo). Los nuevos líderes son como los reyes medievales castellanos que, llegados al trono, siempre emprendían nuevas batallas de conquista de territorios enemigos.  

   Unai Sordo pretende que se deroguen o modifiquen las reformas laborales de 2010 y 2012, y ha afirmado que: “La gran prioridad del sindicato es organizar a la gente en los centros de trabajo. Ese es el eje de bóveda de cómo se fortalece la lucha contra la precariedad que sufren los jóvenes y las mujeres, para estar en mejor posición en las negociaciones con Gobiernos y patronales”. No es nada nuevo, porque, tradicionalmente, a los políticos no les han interesado ni los jóvenes ni las mujeres –laboralmente hablando–, pero esto cambió en la elecciones de 2015 cuando irrumpió Podemos como una tercera fuerza (detrás estaba los votantes jóvenes e indignados). La crisis fue el detonante de despertar a los jóvenes y se implicaran en la política. 

    La imagen que hasta ahora, al menos a mí me lo parece, de los sindicatos hermanos UGT y CC.OO, es de cierta sumisión o docilidad a los dictados de los llamados “diálogos sociales”, en estas mesas a tres bandas, donde siempre pierden los sindicatos, que vuelven a dejar sus lanzas en los astilleros hasta nuevas contiendas. Sin embargo, el tema de la subida de los salarios es algo a lo que no se puede renunciar por simple coherencia: Si no hay consumo interno no hay trabajo para los demás. Para conseguir mejoras laborales no hay otro camino que la huelga, como hemos visto semanas atrás con los estibadores de los puertos. Han conseguido lo que pretendían: no perder puestos de trabajo.

    Evidentemente cuando el problema de la precariedad laboral se extiende a nivel nacional el problema es mucho más complejo de resolver, porque además colisiona con la política de Europa, y la globalización mundial, o la perdida de la industria pesada. Pero si los sindicatos se dejan llevar por los cantos de sirena de Fátima Báñez, ministra de Empleo y Seguridad Social, volverán a la docilidad, pero esperamos que el vasco Unai Sordo no se haga el sordo dentro de unos meses.   



ramón fernández palmeral
Alciante, 2 de junio 20017